jueves, 20 de noviembre de 2008

Desvelo entre anuncios porno y estudio.

Sentado frente al jodido portátil, mis apuntes casi vírgenes mientras oigo de fondo la incesante y cutre melodía de los anuncios porno de La Sexta.

Ocurre que los miércoles siempre sintonizo La Sexta, y es que "The Office" es una serie excelente, con una magnífica plantilla de actores, Steve Carell borda su personaje de Michael Scott junto con Dwight, Jim, Ryan y un largo etcétera de secundarios que pese a la sensación de no estar siempre ahí, en cualquier episodio te sueltan un derechazo cómico que lo parten como en el caso de Creed (al que tiene especial cariño un amigo XD).

Pero el tema no es la serie en cuestión, son los anuncios entre descansos. Comprendo que no son horas, y que la emisión de esos anuncios está totalmente justificada, hasta aquí ninguna queja, mi quebranto viene a raíz de que vivimos en un mundo completamente alineado con Internet, entonces... ¿qué razón de ser tiene la emisión de esos anuncios? no, perdón, la pregunta sería: ¿Quién puede estar tan necesitado y tan carente de afecto para obtener esos vídeos para su teléfono móvil?

Parafraseando el conocido "Internet is for porn", en la red de redes, por suerte o por desgracia hay millones de redes P2P o webs que tienen porno gratis. No es que sea un adicto a este tipo de mercado, más que nada porque es un mundo un poco triste la verdad, pero aún así, no se puede negar el hecho que por Internet puedes obtener contenido pornográfico gratuito y sin tener que mandar chorrocientos mensajes más intereses, pero... si están ahí los anuncios es porque hay demanda de ese producto y eso es lo que encuentro extrañamente estúpido, incluso para el más salido.

Por no hablar de la calidad, que tengas que bajarte una porno en el móvil y luego rendirte a tus instintos onanistas visionando la jugada en una pantalla un poco más grande que medio boli bic (así a "ojímetro") me parece un comportamiento digno de chavales aún en medio de la pubertad que de personas que tienen un trabajo, unas relaciones sociales... claro, que también hay mucho antisocial.

Pero, ¡que coño! en tiempos de crisis porno en el móvil y si puedes adquirir el Jes Extender mejor que mejor ¡y con total discreción!.

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